En este espacio, te invitamos a descubrir las últimas novedades en el mundo literario. Aquí encontrarás información sobre nuevos lanzamientos, recomendaciones de libros y actualizaciones de nuestra librería.
¡No te pierdas las novedades y mantente conectado con el fascinante mundo de la literatura!
Aquellos afortunados que puedan viajar¿aprovechan para leer en sus viajes?, y si no viajan , ¿descubren alguna nueva lectura en casa? ¡Ojalá que sí!...
Y hablando de descubrimientos y encuentros, no podemos pasar por alto esta importante fecha que se conmemora año a año. 12 de Octubre de 1492. El día que los españoles, sin querer y sin saber, llegaron a un continente desconocido hasta la época, pero con una riqueza cultural y un desarrollo social importante. La historia es conocida, y la escuchamos desde la escuela : Cristóbal Colón, con sus tres carabelas, se encomiendan en un viaje para mejorar las rutas comerciales con India; llega con espejitos de colores y se va con oro. Traen ciencia, cultura y civilización. Ya de adultos, con las nuevas miradas de lo que sucedió, sabemos que fue un proceso de colonización importante, en donde los recursos naturales y los minerales (oro y plata) eran de extremo interés para el endeudísimo Reino de España. A fuerza, sangre y tortura, sometieron a las poblaciones locales que habitaban desde hace miles de años. El mundo como lo conocían hasta ese momento, jamás volvería a ser el mismo.
Pero de todo esto, ¿qué puede interesarnos en este espacio? Si, todo. Pero mucho más, reivindicar qué tipo de literatura existía en esa época precolombina y qué tipo de literatura podemos encontrar desde la mirada española en esa época.
La problemática más notoria en cuanto a la literatura precolombina viene dada por dos puntos importantes: Generalmente utilizaban el lenguaje oral (los Incas no conocían la escritura), dejando poco por escrito; y por otro lado, lo poco que fue escrito, fue catalogado de herejía e incendiado.
La literatura precolombina era frecuentemente poética, con una visión colectivista (con lo cual el anonimato de autor/es
era frecuente), con argumentos narrativos que se
basaban enrepresentaciones de valores sociales
, de tendencia agraria y, por supuesto, panteista y religioso.
¡Y llegó! Se tomó su tiempo, nos dejó disfrutar de un hermoso invierno frío para avanzar con lecturas atrasadas, nos permitió conocer nuevas historias abajo de la frazada y con un café siempre listo, pero como todos los años, llegó septiembre.
Tal vez, el mes más esperado y alegre del año para la mayoría de las personas. Nuestras hormonas ya empiezan a sentir las temperaturas agradables, pasamos más tiempo al aire libre y podemos disfrutar más horas de sol viendo como florecen esas plantitas que tenemos en el patio o en el jardín.
Septiembre, en Argentina, tiene dos momentos importantes; la llegada de la primavera, por un lado, y la llegada del día del estudiante, por el otro. Este último hito es producto de la conmemoración de la repatriación de los restos de D.F. Sarmiento (de quien hemos hablado en uno de nuestros últimos newsletter).
¿Qué relación tienen los libros y sus historias con los estudiantes? Más allá de la importancia de la lectura, el “mundo de los estudiantes” toma diversas formas en la literatura y se reflejan en libros con estudiantes tan mágicos como Harry Potter (J.K Rowling,1997), estudiante de la Escuela de Magia de Hogwarts; Matilda (Roald Dahl, 1988), la niña prodigio que se enfrentó a la terrible directora Tronchatoro; o el rebelde Holden Caulfield (K.D Salinger, 1951) quien luego de ser expulsado de su instituto a los 16 años, recorre y conoce “la vide real de New York”. También se nos presentan, como personajes jóvenes y estudiantes, versiones que responden a miradas filosóficas concretas, como Sophie (Jostein Gaarder, 1991), una estudiante que recibe, mediante cartas, la invitación a un curso de filosofía en “El Mundo de Sofía”, y personajes extremadamente existenciales y psicoanalíticos sobre la etapa de transición entre la adolescencia y la madurez, como Max Demian (H. Hesse) en el libro “Demian”.
Por su parte, la primavera también es usada como musa en libros que la reinterpretan de formas disímiles; tal vez como punto de fuga de una compleja realidad mayor, como Alejo Carpetier relata en “La consagración de la primavera”; tal vez como espacio nostálgico que desde un presente oscuro, recuerda las “primaveras libres” como hace Mario Benedetti en “Primavera con una esquina rota”, como trasfondo en “El libro de las ilusiones” de Paul Auster o bien como demarcación del paso del tiempo, cuando el profesor William Stoner observa florecer sus árboles a través de la novela que recrea toda su vida, “Stoner” de John Williams.
Lo cierto es que el universo de los libros es tan vasto y diverso, que siempre hay más libros para conocer esta cercanía entre los estudiantes o la primavera y los libros.
¿Te animás a contarnos tu descubrimiento?
Que disfrutes el inicio de la temporada más
esperada de todas, siempre... con un libro que te acompañe.